En el corazón de esta tecnología se encuentra un compuesto químico único, no detonante. A diferencia de los explosivos convencionales que crean ondas de choque, estos cartuchos, al ser encendidos, generan rápidamente un gran volumen de gases.

Este gas se confina dentro de un barreno  y penetra en las microfracturas y fallas naturales de la roca. A medida que el gas se expande, ejerce una presión inmensa que rompe la roca desde adentro hacia afuera, utilizando tensiones de tracción. Este método “quirúrgico” garantiza una fragmentación controlada y predecible, minimizando el impacto colateral.

La tecnología de cartuchos propelentes ofrece un control sin precedentes, haciendo que su aplicación sea perfecta para trabajos de fragmentación en volúmenes pequeños de roca y concreto. Al ser iniciados de forma individual, permiten una fragmentación precisa y selectiva, lo cual es invaluable en entornos sensibles. Esta capacidad de trabajar en áreas aisladas garantiza la máxima seguridad y minimiza la interrupción de las operaciones circundantes, ofreciendo una solución poderosa y eficiente para desafíos que antes eran difíciles de abordar.

Para asegurar la máxima seguridad y eficiencia, la comercialización de los cartuchos propelentes incluye un servicio completo y especializado. Esto abarca desde la gestión de permisos necesarios para la aplicación del producto, hasta la perforación precisa del material y la activación final. Todos estos servicios son realizados exclusivamente por personal altamente calificado y especializado, garantizando que cada etapa del proceso cumpla con los más altos estándares de seguridad y eficacia.